Biblia castigo

Historias de castigo en la Biblia

Las recompensas y los castigos de otra vida, que el Todopoderoso ha establecido como cumplimiento de su ley, tienen peso suficiente para determinar la elección frente a cualquier placer o dolor que esta vida pueda mostrar.

Durante mucho tiempo se ha entendido que “si cometes el crimen, cumples la condena” – pagas la pena. La idea es que si pecas contra alguien le causas dolor o pérdida y, por tanto, tú también debes sufrir dolor o pérdida. Pero, ¿es ése el camino de Dios? ¿Impone castigos para exigir un pago?

La ley y el orden pueden ser mantenidos por la fuerza o su amenaza o pueden ser mantenidos por inducciones al amor o la lealtad del corazón. Es lo uno o lo otro: la zanahoria o el palo. Dios ha elegido la zanahoria, (la inducción al amor) porque quiere una relación basada en el amor.

Si “su misericordia es eterna” (1 Cr 16:34), no puede estar castigando porque empezar a castigar sería dejar de ser misericordioso. Pero eso no significa que el pecado no sea castigado. El pecado siempre tiene una o más consecuencias naturales negativas que podrían llamarse castigo. Esa es la razón por la que una acción particular es pecado. Dios califica de pecados las acciones que nos harían daño a nosotros o a los demás y nos dice que no las hagamos porque no quiere ver sufrir a sus hijos.

Dios castigará a tus enemigos

El Nuevo Testamento establece los principios generales del buen gobierno, pero no contiene ningún código de leyes para el castigo de los infractores. El castigo se basa en el principio de que existe una distinción eterna entre el bien y el mal, y que esta distinción debe mantenerse por sí misma. No está destinado principalmente a la reforma de los criminales, ni con el propósito de disuadir a otros del pecado. Estos resultados pueden obtenerse, pero el crimen en sí mismo exige castigo. (Véase ASESINATO; ROBO.)

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Sin fin, de los impenitentes e incrédulos. El rechazo de esta doctrina “corta el suelo bajo el evangelio… borra el atributo de la justicia retributiva; transmuta el pecado en desgracia en lugar de culpa; convierte todo sufrimiento en castigo; convierte la obra piacular de Cristo en influencia moral… El intento de retener la teología evangélica en conexión con ella es inútil” (Shedd).

PUN’ISHMENT, sustantivo Cualquier dolor o sufrimiento infligido a una persona por un crimen u ofensa, por la autoridad a la que el ofensor está sujeto, ya sea por la constitución de Dios o de la sociedad civil. El castigo de las faltas y ofensas de los hijos por parte de los padres, es en virtud del derecho de gobierno con el que los padres están investidos por Dios mismo. Esta especie de castigo es el castigo o corrección. El castigo de los delitos contra las leyes es infligido por el poder supremo del Estado en virtud del derecho de gobierno, conferido al príncipe o legislatura. El derecho de castigar sólo pertenece a las personas investidas de autoridad. El dolor, la pérdida o el mal infligidos voluntariamente a otro por sus crímenes u ofensas por una persona privada no autorizada, es venganza más que castigo. Algunos castigos consisten en el exilio o el transporte, otros en la pérdida de la libertad por encarcelamiento; algunos se extienden a la confiscación por decomiso de tierras y bienes, otros inducen a la incapacidad de ocupar cargos, de ser herederos y similares. Los castigos divinos están sin duda destinados a asegurar la obediencia a las leyes divinas y a mantener el orden moral de los seres inteligentes creados. Los premios y castigos de otra vida, que el Todopoderoso ha establecido como aplicación de su ley, tienen peso suficiente para determinar la elección contra cualquier placer o dolor que esta vida pueda mostrar.

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Versículos bíblicos sobre el castigo por desobediencia

Acontecerá, pues, que cuando Jehová haya hecho toda su obra sobre el monte de Sion y sobre Jerusalén, yo castigaré el fruto del corazón robusto del rey de Asiria, y la gloria de su altivez.

Y sucederá que, cuando se cumplan setenta años, [que] castigaré al rey de Babilonia y a esa nación, dice Jehová, por su iniquidad, y a la tierra de los caldeos, y la convertiré en desolación perpetua.

Y sucederá que a la nación y al reino que no sirvan al mismo Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pongan su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, a esa nación castigaré, dice Jehová, con espada, con hambre y con pestilencia, hasta consumirla por su mano.

Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo castigo a Semaías nehelamita y a su descendencia; no tendrá quien habite en medio de este pueblo, ni verá el bien que yo haré a mi pueblo, dice Jehová, por cuanto enseñó rebelión contra Jehová.

Versículo bíblico sobre el castigo del delito

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Aunque la Biblia aprueba y ordena muy claramente la pena capital, hay versículos que pueden interpretarse como contrarios a esta práctica. Por ejemplo, cuando Caín asesinó a Abel, Dios lo condenó a vagar como fugitivo en lugar de a la muerte, e incluso emitió una advertencia contra el asesinato de Caín. En Proverbios 28:17 se sugiere un sentimiento similar. De 2 Samuel 14:1-11 se desprende que los reyes concedían clemencia en circunstancias atenuantes. En ese caso, el que había matado era hijo único, y el rey le permitió seguir vivo bajo arresto domiciliario. Los profetas suplican repetidamente a las masas que se arrepientan para que Dios no las destruya. Además, hay numerosos versículos que condenan la venganza, el juicio, la ira y el odio, así como otros que promueven la paz, la armonía, el perdón y la aceptación[2][3].

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