2 samuel 11
DESPUÉS de que David comienza a gobernar en Jerusalén, Jehová le da a su ejército muchas victorias sobre sus enemigos. Jehová había prometido dar la tierra de Caʹnaan a los israelitas. Y ahora, con la ayuda de Jehová, toda la tierra que les había sido prometida se convierte finalmente en suya.
David es un buen gobernante. Ama a Jehová. Así que una de las primeras cosas que hace después de capturar Jerusalén es llevar el arca de la alianza de Jehová allí. Y quiere construir un templo en el que ponerla.
Cuando David se hace mayor, comete un grave error. David sabe que está mal tomar algo que pertenece a otra persona. Pero una noche, cuando está en el tejado de su palacio, mira hacia abajo y ve a una mujer muy hermosa. Se llama Betsabé, y su marido es uno de sus soldados llamado Urí.
David desea tanto a Betsabé que hace que la lleven a su palacio. Su marido está fuera luchando. David le hace el amor y más tarde ella descubre que va a tener un bebé. David está muy preocupado y manda a decir a su jefe del ejército, Joʹab, que ponga a Urías en el frente de la batalla, donde lo matarán. Cuando U-riʹah está muerto, David se casa con Betsaʹba.
El conjuro de Betsabé
Betsabé era una mujer hermosa, inteligente y sin escrúpulos. Fue vista por el rey David mientras se bañaba, deseada por él, y posteriormente quedó embarazada de él a pesar de estar casada con el soldado Urías. Urías fue asesinado por David, y entonces ella se casó con el rey. Su hijo murió. Tuvo un segundo hijo, que se llamó Salomón.
David perdió su potencia sexual, y por tanto su poder político, en la vejez. En un golpe de palacio, Betsabé y su consejero Natán maniobraron para asegurar el trono para Salomón, a pesar de que había un hermano mayor y más popular que se esperaba que sucediera al rey David.
Salomón ocupó el trono, honró a su madre y se dejó aconsejar por ella. Participó en las intrigas de la corte, ocupando el cargo más prestigioso que podía tener una mujer, el de reina madre. Ella y Salomón organizaron la muerte del hermanastro mayor de Salomón, que había sido la elección popular para suceder al rey David.
Betsabé era la hermosa nieta de Ahitofel, un astuto consejero militar y político de David. Pertenecía a una familia de guerreros de élite, y su marido Urías era un soldado profesional de alto rango, uno de los respetados guerreros llamados Los Treinta.
David y Betsabé
La Glándula Pineal es del tamaño de un guisante, y está en el centro del cerebro en una pequeña cueva detrás y por encima de la glándula pituitaria que se encuentra un poco detrás de la raíz de la nariz. Está situada directamente detrás de los ojos, unida al tercer ventrículo. Este chakra también se conoce como el dan tien superior. El noveno chakra es un chakra interesante en el sentido de que es en este chakra donde todas las habilidades crísticas permanecen latentes, esperando ser liberadas y utilizadas en el mundo exterior e interior. El cambio de enfoque en este momento es hacia esa energía crística y las habilidades que la acompañan. Por lo tanto, se está enviando una gran cantidad de trabajo y energía a la realidad física para ayudar al individuo a abrir y expandir este centro de energía.
No es de extrañar que el oro simbolice la riqueza utilizada sabiamente, pero también es el símbolo de la buena salud. Las personas que favorecen el color dorado son optimistas. Los budistas tibetanos creen en 5 piedras sagradas: el cristal para la luz, la turquesa para el infinito del mar y del cielo, el coral para la vida y la forma, el oro para el rayo dorado del sol, la plata para la luz de la luna. El oro está íntimamente ligado a la divinidad y a los dioses asociados al Sol. Simboliza la riqueza y el éxito.
Eliam en la Biblia
La historia de David y Betsabé es uno de los relatos más dramáticos del Antiguo Testamento. Una noche en Jerusalén, el rey David caminaba por su azotea cuando vio a una hermosa mujer bañándose cerca (2 Samuel 11:2). David preguntó a sus sirvientes por ella y le dijeron que era Betsabé, la esposa de Urías el hitita, uno de los hombres poderosos de David (2 Samuel 23:39). A pesar de su estado civil, David citó a Betsabé en el palacio y se acostaron juntos.
Más tarde, Betsabé descubrió que estaba embarazada (2 Samuel 11:5) y se lo comunicó a David. La reacción del rey fue intentar ocultar su pecado. David ordenó a Urías que le informara desde el campo de batalla. El marido de Betsabé respondió obedientemente a la convocatoria de David, y éste lo envió a su casa, con la esperanza de que Urías se acostara con Betsabé y así encubriera el embarazo. En lugar de obedecer las órdenes de David, Urías durmió en los aposentos de los sirvientes del palacio, negándose a disfrutar de un respiro con Betsabé mientras sus hombres en el campo de batalla seguían en peligro (2 Samuel 11:9-11). Urías también hizo lo mismo la noche siguiente, mostrando integridad en agudo contraste con la falta de ella de David.