Enseñar en la biblia
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Enseñar las Escrituras es un don espiritual, pero también es una habilidad. Esto significa que no todo el mundo está llamado a ser maestro; también significa que el hecho de que alguien esté dotado no significa que no necesite mejorar sus habilidades. Hay varias cosas que influyen en la calidad de la enseñanza. El sonido de tu voz, tu cadencia e incluso tu forma de vestir. Hay aspectos aun mas importantes en la ensenanza de las escrituras que los que cubrire a continuacion, tales como tener un claro entendimiento de la Biblia, estudiar su tema diligentemente, y lo mas importante, ser fiel al texto. Si hacemos todo lo que voy a cubrir a continuación, pero tergiversamos el pasaje bíblico que estamos enseñando, sólo habremos hecho un mejor trabajo de llevar a la gente por mal camino.
Si usted está enseñando las Escrituras, tiende a tener una audiencia cautiva. Si usted trabaja para una institución académica, sus estudiantes deben estar allí para aprobar la clase. Para el resto de nosotros, tendemos a enseñar en un entorno eclesiástico. Lo que esto significa es que los fieles tenderán a acudir tanto si somos buenos profesores como si no. Nunca utilices esto como excusa para faltar. Asegúrate de respetar su tiempo transmitiéndoles la verdad. No caigas en la tentación de que si llenas tu lección con historias divertidas, has utilizado su tiempo sabiamente porque se lo han pasado bien. Aprenda a utilizar las ilustraciones para fomentar la verdad que está diciendo, no para entretener.
Colosenses 3
Resumen: Se necesitan cinco ministerios para perfeccionar la Iglesia (Efesios 4:11-13). El pastor por sí solo no puede hacerlo. Un ingrediente indispensable para llevar a los creyentes cristianos a la madurez es el maestro de la Biblia.
– El apóstol Pablo no era sólo un predicador, también se le identifica como maestro en la Biblia. El maestro de la Biblia es un ministerio específico. La iglesia de Antioquía tenía “profetas y maestros”. Fui ordenado pastor en 1980. Pero cinco años antes, en 1975, había sido ordenado como maestro bíblico del ministerio quíntuple. Con el tiempo el Señor añadió dones ministeriales adicionales a mi vida. Pero enseñar Su palabra fue siempre el principal, y el que me dio el mayor gozo, en mis más de 50 años de ministerio hasta el día de hoy [2022 edit].- Para su interés, permítanme mencionar una lista parcial de maestros en la Biblia.
– Uno de los ministerios de los sacerdotes del Israel del Antiguo Testamento era enseñar la Ley.- Por ejemplo, el “sacerdote maestro” se menciona en 2 Crónicas 15:3.- Nicodemo, que vino en privado por la noche a ver a Jesús, fue reconocido por Jesús como un “maestro de Israel” (Juan 3:10, RVA).- Jesús mismo fue un maestro entre Sus muchos ministerios (Mateo 4:23; 9:35, et al.). El gran apóstol Pablo enseñó la Palabra de Dios extensamente (por ejemplo, Hechos 18:11) y declaró que él era un “predicador, apóstol y maestro” llamado por Dios (1 Timoteo 1:7).
Temas de enseñanza bíblica
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Hay muchas cosas que un libro antiguo puede enseñarnos sobre la vida moderna. Las enseñanzas recogidas en la Biblia no eran sólo para las personas que vivieron en la Antigüedad. Siguen siendo relevantes para nosotros hoy en día. He aquí cinco enseñanzas de la Biblia que pueden ayudarte en el mundo de hoy.
Sean cuales sean los retos a los que nos enfrentemos en la vida, si acudimos a Dios, Él los utilizará para enseñarnos y hacernos más semejantes a Él. En la Biblia aprendemos que una forma de demostrar fe es confiar en ese proceso.
Colosenses 3
¡Olvídalo! ¿Qué hay de la “Separación de la Iglesia y el Estado”? ¿Qué hay de imponer la religión cristiana a los inocentes niños de las escuelas públicas? ¿Qué hay de ofender a los no creyentes que rechazan a Dios, la Biblia y cualquier forma de moral religiosa? ¿Por qué un interés minoritario (¿?) cristiano debe ocupar un lugar preeminente en una escuela pública? Además, ¿no va en contra de la Primera Enmienda de nuestra Constitución promover la religión en cualquier entidad gubernamental (una escuela)? ¿No ha fallado el Tribunal Supremo en contra de una propuesta tan sectaria?
Todas estas preguntas son legítimas. Son preguntas muy serias, preocupantes y reflexivas que los responsables del currículo de las escuelas públicas, los superintendentes y los miembros de los consejos escolares deben conocer.
Además, debe saberse por qué un curso así es necesario o incluso útil. ¿Con qué propósito? ¿Qué resultados se pueden esperar de forma realista? ¿Quién se opondría y a quién se demandaría? ¿Podemos controlar el contenido o al profesor? Todas buenas preguntas. Preguntas justas que deben tener respuestas honestas y justas. Y todas son aplicables a cualquier otro curso que se imparta actualmente.