¿QUÉ ES Y QUÉ NO ES LA EUCARISTIA?
Por Javier Leoz
Es una oportunidad de encuentro con Dios y con los hermanos.
No es un asistir a una fiesta extraña, con Dios, pero sin los hermanos.
Es un celebrar en común la fe en Jesucristo.
No es una dispersión de aquellos que se juntan pero no se miran.
Es un necesitar la voz y el alimento de Aquel que nos convoca.
No es cumplir con un precepto que nos deja como habíamos entrado.
Es vivir ese momento con la alegría de sentirnos amados por Dios.
No es, desde luego, los bostezos y las caras largas que a veces presentamos.
Es participar y estar físicamente cerca del altar
No es ser meros espectadores.
Es un celebrar para vivir y desvivirse,
No es un asistir, para dormirse.
Es buscar lo que necesita mi vida y mi alma.
No es buscar aquello que no me interpela y me acomoda.
Es llegar pronto para no perderse la Palabra que se proclama.
No es meter ruido, si se llega tarde, para no ser más importante que la Palabra que se anuncia.
Es, si se llega puntualmente, tomar asiento en primera fila por delicadeza hacia el Señor.
No es, si se llega tarde, pasar hasta adelante siendo el centro de muchas miradas o la distracción por las pisadas.
Es escuchar lo que Dios me dice aquí y ahora.
No es "oír misa" para tranquilizar mi conciencia.
Es reflexionar sobre el cambio que Jesús me pide.
No es ser juez de lo que al vecino le falta o necesita.
La Eucaristía, además de Misterio, también tiene su fondo de humanidad. Cuántas veces entramos sin saludarnos, estamos juntos escasamente media hora y no nos miramos a la cara; cantamos y escuchamos pero -ni tan siquiera- nos hablamos y salimos sin decirnos un adiós.
La Eucaristía, además del "es" y "no es", o nos lleva a la comunión con Dios y con los hermanos, o....se quedará en un simple rito en el que hemos participado pero del que no hemos bebido ni comido nada: AMOR DE DIOS QUE SE DESBORDA EN EL AMOR A LOS HERMANOS.
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