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La “Virgen Madre” es paseada en andas por las calles de la parroquia. Las procesiones son manifestaciones públicas de nuestra fe. Son también muestras de nuestra devoción y de nuestro amor. Eso ocurre el último día de mayo, al salir con la Virgen nuestra Madre, rezando y cantando el Santo Rosario.
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DOMINGO III ORDINARIO B Monición de entrada Nos convoca el Señor, hermanos, para celebrar con él su resurrección. Él nos abre la puerta de la casa de Padre y nos ofrece su mensaje y el alimento de nuestra fe que está en su palabra y su pan bajado del cielo. Alegrémonos, hermanos, en este día del Señor. Saludo Dios Padre que sale a nuestro encuentro en su Hijo por acción del Espíritu Santo y nos llama a convertirnos y creer la Buena Noticia, esté siempre con todos nosotros. Acto Penitencial Para acercarnos a Dios y escucharle, limpiemos antes nuestra vida pidiéndole perdón. - Padre bueno, no llevamos el vestido de fiesta, pero acepta nuestra pobreza. Señor, ten piedad. - Señor Jesús, tu resurrección no nos ha convencido aun del todo. Cristo, ten piedad. - Espíritu de Dios, purifícanos del espíritu del mundo. Señor, ten piedad. Confiemos en el perdón de Dios. Por Jesucristo nuestro Señor. Monición a la Primera lectura Escuchemos la llamada que recibió un profeta y la respuesta de él y de sus oyentes. Jonás nos presenta la misericordia de Dios y su soberanía sobre la naturaleza. Salmo Responsorial (Sal 24) Señor, enséñame tus caminos. Monición a la Segunda Lectura Escuchemos unas palabras escritas de san Pablo y en las que se equivocó. Su preocupación era la falta de moralidad con la que se vivía en Corinto, de ahí también las recomendaciones que les hace. Monición a la Lectura Evangélica El arresto de Juan supone su relevo por Jesús. Escuchemos la llamada de Jesús a sus primeros discípulos y la respuesta de éstos. Oración de los fieles Presentemos nuestras necesidades al Padre. Somos sus hijos y hermanos de todos los hombres, también de los que profesan otras creencias y necesidades. Respondamos: Padre, ten piedad. - Padre, conocemos como nunca el problema mundial de la injusticia y la pobreza. Fortalece y ayuda a los que luchan por la justicia y la misericordia. Oremos. - Padre, la información y las imágenes que vemos todos los días, no mueven nuestra solidaridad como deberían. Ablanda nuestro corazón. Oremos. - Padre, son muchas las personas y las empresas que luchan por la justicia, la cultura y la sanidad entre los hombres. Mantén en ellos la fortaleza y la esperanza. Oremos. - Padre, las guerras y otros objetivos del poder gastan lo que pertenece a los pobres y necesitados. Cambia los criterios de los poderosos. Oremos. - Padre, nos cuesta mantener la esperanza porque los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez son más pobres. Suscita gobernantes valientes que provoquen un cambio. Oremos. - Padre, aumenta nuestra fe para que sepamos descubrir a Jesús en los pobres y los que sufren. Oremos. - Padre, el Mediterráneo se ha convertido en el cementerio de muchos emigrantes. Ayuda a los que luchan para evitar que hombres, mujeres y niños tengan que emigrar de su tierra. Oremos. - Padre, la economía mundial está quebrando y muchos sufren y pasan calamidades. Suscita gobernantes que estructuren el mundo en la justicia y la paz. Oremos. - Padre, recibe en tus brazos a nuestros difuntos y a tantos que han muerto y consuela a sus familias. Oremos. Gracias, Padre porque nos amas y consuelas con tu amor y tu misericordia. Por Jesucristo nuestro señor. Despedida Con la alegría y la paz que nos da siempre sentirnos hermanos e hijos de Dios, volvamos a la vida de cada día en el nombre del Señor. Demos gracias a Dios. Amén.
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La mula y el buey contemplan admirados al Niño en la cuna, sin dejar de mirar también a la Madre.
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El ambón es el lugar-mueble, donde se proclama la Palabra de Dios, en la celebración de la Eucaristía. Representa a Cristo, maestro y profeta, que nos predica la verdad que salva. La Palabra de Dios proclamada hay que meditarla y procurar vivirla con esfuerzo.
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