Las bienaventuranzas del catequista
1. Feliz el catequista que sabe lo que quiere, por qué y cómo conseguirlo.
2. Feliz el catequista que no conoce el desanimo, ni está siempre buscando disculpas.
3. Feliz el catequista que trabaja por el bien de los demás y no por la realización de sus ideas personales.
4. Feliz el catequista que sabe descubrir futuros catequistas mientras trabaja.
5. Feliz el catequista que tiene el corazón en el cielo y los pies en la tierra.
6. Feliz el catequista que considera esta vocación como una oportunidad de servir.
7. Feliz el catequista que se considera a sí mismo como un alumno permanente, porque actuando así sentirá la necesidad de estar siempre en busca de la verdad.
8. Feliz el catequista que siembra el Mensaje de Jesús más que con su propia palabra con su propia vida y testimonio.
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