El catequista: testigo y pedagogo
El catequista es persona de fe profunda, de clara identidad cristiana y eclesial, de fina preocupación misionera y de honda sensibilidad social (DGC 237).
1. Es fiel
- Fiel a sí mismo (con una personalidad humana madura), sin doblarse como un junco,
- Fiel a Dios (identificado, centrado, vaciado de sí mismo y lleno de Dios y de todos),
- Fiel a la Iglesia que le envía (expone sus vivencias de fe, pero predica su verdad). La fidelidad supone conocimiento, amor, opción, identificación, autocrítica dentro de la Iglesia...). Fidelidad, no solo a la jerarquía sino también -y más- a los hermanos más necesitados,
- Fiel a la catequesis misma, sin reduccionismos, rebajas o componendas,
- Fiel a los destinatarios (ellos son sus dueños, los catequistas son sus servidores), según ambiente, modalidad de la catequesis y el nivel en que están),
- Fiel a su época (no anclado en el pasado, ni ciego ante el presente, ni hipnotizado por el futuro),
- Fiel al proceso y pedagogía que más conviene (ni a la más fácil ni a la que más domina ni a la que quieren imponer desde arriba o desde abajo),
- Fiel a su propia formación permanente,
- Fiel a una pedagogía y método liberadores.
2. Es testigo:
- de lo que cree,
- de lo que necesitan los destinatarios. En cada época, lugar y momento pueden urgir determinados testimonios.
3. Es pedagogo
- Capaz de transmitir los grandes valores cristianos,
- capaz de lograr hacer discípulos, seguidores-imitadores,
- capaz de adaptarse a las situaciones y personas,
- capaz de descubrir el lenguaje preciso,
- capaz de lograr y presentar una personalidad, un talante y un estilo a lo Cristo.
El catequista es más fuerte que los miedos, sabe renunciar a los propios criterios y subjetivismos... Se sitúa como formador de la vida integral. Realiza su tarea desde la hondura religiosa, la preocupación misionera, con un mensaje profético que tiene mucho de interpelador, desestabilizador y de propuesta audaz, en relación siempre con la vida, desde una sensibilidad por los más pobres, y desde el respaldo de una vida testimonial.
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